Manual para el Calculador de Plantas

Este manual que acompaña el calculador de plantas, tiene como objetivo proporcionar orientación a pacientes, cuidadoras, profesionales de la salud y organizaciones interesadas en entender la realidad del cultivo personal de cannabis con fines medicinales. Se ha consolidado el conocimiento y experiencia de Fundación Daya sobre el uso medicinal del cannabis y las prácticas de autogestión instaladas tanto en nuestro país como en el resto del mundo. El contenido de esta guía se encuentra en constante evaluación y mejora contínua en la medida que se descubran nuevos hallazgos.

Los valores proporcionados no son exactos, sino más bien orientativos, basados en la experiencia recopilada por la Fundación Daya durante los últimos 9 años, durante los cuales ha orientado a miles de pacientes. Los criterios utilizados se basan en los reportes de pacientes que dan sus primeros pasos en este camino, la experiencia de los médicos, los análisis de los productos artesanales que elaboran los mismos pacientes y los instructivos y talleres entregados para la preparación segura de dichos productos, los que establecen medidas y proporciones estandarizadas que permiten ordenar estas prácticas, además de proporcionar cierta claridad a las y los médicos para un mejor seguimiento clínico. 

Hemos adquirido un conocimiento científico y técnico en torno a esta vía de acceso, que si bien existe desde tiempos antiguos, permite aproximarse a una comprensión contemporánea en el contexto del avance de las regulaciones en diferentes partes del mundo. 

El cultivo personal con fines medicinales ha sido regulado hace más de 20 años en Canadá y California, seguido por regulaciones más recientes en Argentina, Perú, Uruguay, México, Colombia y 21 estados de los Estados Unidos. Tanto para uso medicinal como para uso recreativo, las regulaciones más recientes tienden a incluir el cultivo personal, además de la producción industrial. En Europa, países como Luxemburgo, Malta, Suiza y próximamente Alemania también han avanzado en esta dirección.


Resina de cannabis: Es una pasta pegajosa de color verde o café oscuro que se obtiene mediante la extracción con alcohol etílico (97%) o preferentemente con alcohol de cereal orgánico (96%). Para obtenerla, se realiza un proceso de inmersión de la materia vegetal molida de cannabis, es decir, la flor seca. Durante este proceso, los tricomas o glándulas de la flor, que contienen los principios activos de la planta, como cannabinoides y terpenos, disuelven su contenido en el alcohol. Luego, la mezcla se filtra para remover sedimentos y se evapora el alcohol, dejando como residuo la resina. El rendimiento de extracción es del 10%, es decir, se necesitan 10 gramos de flor seca para obtener 1 gramo de resina.


Resina diluida en aceite vegetal: La resina obtenida de la extracción alcohólica se diluye con aceite vegetal, siendo el aceite de oliva el más frecuentemente utilizado. También es posible emplear aceite de coco MCT, una alternativa que contribuye a mejorar el sabor. Este procedimiento permite una dosificación más precisa de la resina a través de un frasco con gotero. La proporción habitualmente empleada es de 1 mililitro (equivalente a 1 gramo) de resina por cada 29 mililitros de aceite, utilizando un frasco de 30 ml. En este formato, el frasco de 30 ml contiene aproximadamente 600 gotas con una concentración baja de cannabinoides por gota.

Macerado en aceite vegetal: Una alternativa para extraer cannabinoides es mediante la infusión de materia vegetal molida de cannabis (flor seca) en aceite vegetal, siendo el aceite de oliva el más utilizado. Este proceso implica someter la mezcla a calor por medio de baño maría o mantenerla a una temperatura de 90°C durante 3 a 4 horas. Durante este proceso, el aceite es capaz de extraer los componentes activos del cannabis, que se incorporan al aceite, el cual luego se filtra y se utiliza en frascos goteros. Las concentraciones de cannabinoides con esta técnica pueden llegar a ser similares a las concentraciones presentes en la preparación de resina diluida en aceite vegetal.

Vaporización herbal (vía inhalatoria no pirolítica): La forma de administración por vía inhalatoria sin combustión se conoce como vaporización y se obtiene a través del uso de dispositivos electrónicos llamados vaporizadores. Consiste en introducir la materia vegetal molida (flor seca), en la cámara de un vaporizador herbal. Al calentar el dispositivo e inhalar a través de su boquilla, los cannabinoides ingresan al organismo sin que se produzca combustión, evitando así la inhalación de componentes perjudiciales para la salud.

Variedades de cannabis: Se han clasificado las variedades de cannabis según la relación o ratio entre sus cannabinoides principales, THC y CBD, en tres categorías descritas a continuación. No obstante, es importante destacar que existen variedades que se encuentran entremedio de estas categorías, abarcando la gama completa de composiciones.

Alto en THC: Se refiere a formulaciones en base a variedades de plantas de cannabis con alto contenido de THC y baja o nula concentración de CBD.

Equilibrado: Se refiere a variedades de cannabis cuya producción de cannabinoides es de similar concentración de THC y CBD. También se denominan como 1:1. Dentro de esta categoría también se consideran los ratios 2:1 y 1:2.

Alto en CBD: Se refiere a formulaciones en base a variedades de plantas de cannabis con alta concentración CBD y baja o nula concentración de THC. Se suele confundir las variedades de “alto CBD” con las equilibradas (1:1) que suelen presentarse (venderse) como “CBD” (por su presencia de CBD); sin embargo, éstas no deben confundirse con las variedades de semillas que producen predominantemente CBD y casi nada de THC.

Medidas en las que se basa el calculador de plantas:

  • Resina diluida en aceite vegetal: Se calculan 10 gramos de flor seca de cannabis para extraer 1 ml o 1 gramo de extracto (Rendimiento del 10%). La dilución es de 1 ml de extracto en 29 ml de aceite vegetal (frasco de 30 ml).
  • Macerado en aceite vegetal: Se utilizan 3 gramos de cannabis para 30 ml de aceite (también conocido como solución al 10%).
  • Vaporización: Se considera una medida estándar de 0,3 a 0,5 gramos de flor seca molida de cannabis para cada carga o uso de un vaporizador.
  • Ungüentos o cremas de uso tópico: Se utiliza una medida estándar de 50 gramos de flor seca de cannabis para elaborar 1 a 2 kg de crema para uso anual. Este puede variar dependiendo del uso y superficie de aplicación.

Concentración de cannabinoides en la gota de aceite de cannabis: Si bien se puede estimar las concentración de cannabinoides presentes en una gota de aceite sublingual, en base a la cantidad de materia vegetal utilizada para cada preparación, esta estimación no coincide necesariamente con el producto elaborado artesanalmente. Sin embargo existen rangos conocidos que se han constatado a través de numerosos análisis cuantitativos por HPLC de estos preparados. Las diferencias encontradas dentro de estos rangos responden a la precisión con la que se realizan las formulaciones, las variedades utilizadas y las condiciones de cultivo. Las concentraciones de cannabinoides analizadas de preparados artesanales se asemejan a las concentraciones presentes en diversos productos farmacéuticos en base a cannabis.

Concentración de cannabinoides encontrados en preparados artesanales de pacientes Daya

Flores: Las concentraciones de cannabinoides totales que pueden producir las flores de una planta de cannabis presentan rangos que van desde el 8% al 15%, lo que equivale a aproximadamente 80 mg a 150 mg de cannabinoides por cada gramo de flor seca. Excepcionalmente pueden llegar al 20%, es decir, 200 mg por cada gramo. Estas concentraciones se componen principalmente de los dos cannabinoides preponderantes, el THC y el CBD. Por ejemplo, si una variedad produce un 15% de cannabinoides y es equilibrada (1:1), ese porcentaje se divide de manera equitativa entre ellos (7% de THC y 7% de CBD), dejando un pequeño margen en torno al 1% para otros cannabinoides presentes en la planta. Actualmente, existen plantas que desarrollan una mayor presencia de otros cannabinoides, los cuales muestran un potencial terapéutico, pero aún no cuentan con tantos estudios como los que se han realizado para el THC y el CBD.

Macerados: Las concentraciones de cannabinoides encontrados en los macerados van desde 0,5% p/v o menos (0,25 mg/gota) hasta 2,5% p/v (1,25 mg/gota) excepcionalmente. La media va en torno a 0,5% y 1% (0,25 a 0,5 mg/gota)

Resinas: Las concentraciones de cannabinoides encontradas en resinas van desde el 15% (150 mg/g) hasta 70% excepcionalmente (700 mg/g). La mayoría de las resinas se encuentran en torno al 40%-60% (400 mg/g a 600 mg/g). Al diluir 1 gramo o 1 ml de resina en 29 ml de aceite, se obtiene una concentración de entre 0,66 mg/gota hasta 1 mg/gota.

Datos de la receta médica: La indicación médica se basa en la modalidad empleada por equipo clínico en Fundación Daya, la que se fundamenta en los instructivos impartidos a los pacientes que optan por el autocultivo para la preparación de sus propias formulaciones. Estos instructivos proporcionan al médico una comprensión de los rangos de cannabinoides presentes en dichos preparados. Cabe mencionar que estos instructivos no son de elaboración propia, sino que han sido perfeccionados y estandarizados durante nueve años, ordenando y simplificando la amplia cantidad de información existente de estas prácticas extendidas alrededor del mundo..

Situaciones excepcionales: la experiencia, principalmente de madres que cultivan para hijos e hijas con epilepsia refractaria ha mostrado que dichos pacientes también pueden generar refractariedad a una variedad particular de cannabis con el que han respondido bien inicialmente. También se ha observado que cuando esta situación ocurre, el cambio de variedad (No necesariamente el ratio de THC/CBD) se ha logrado restablecer el efecto deseado. Es por este motivo que muchas madres que cultivan para sus hijas e hijos en esta situación, se aseguran de cultivar más de lo que requieren por el solo hecho de necesitar potencialmente tener a mano preparados en base a diferentes variedades.


​Resultados del calculador

Cultivo Exterior: En el caso de un cultivo de exterior, la cantidad de plantas sugeridas para asegurar la cantidad de gramos anuales necesarios según la información de la receta se ha dividido en dos categorías, según el tamaño de la planta. El calculador arroja cantidades de producción de gramos de flor seca en base a dos tamaños referenciales que presentamos a continuación, lo que permitirá al o la cultivadora dimensionar su cultivo.

Figura 1: Rendimiento de cultivo en exterior, usuario no experto.
Producción esperada por planta, según tamaño en cultivo exterior en caso de cosecha exitosa. Considera un usuario no experto y la utilización de maceteros de 50 litros.

Cultivo en Interior: Respecto al resultado para “cultivos indoor” o en carpa de cultivo, se consideran dos ciclos de cultivo anuales, y un cultivador con poca experiencia.

4 - SOBRE LA PRESCRIPCIÓN MÉDICA

Hay diferencias en la forma de prescribir un tratamiento en base a cannabis cuando se trata de autocultivo. El calculador se basa en el formato desarrollado en Fundación Daya, el que fué diseñado para pacientes que cultivan su propias plantas de cannabis y se asemeja al tipo de prescripción que se realiza para los productos farmacéuticos disponibles en farmacias. Es por ello que la prescripción debe considerar el tipo de preparación que realizan las y los pacientes lo que permite una comprensión de rangos conocidos de concentración de sus cannabinoides. Fundación Daya capacita a pacientes para elaborar sus preparados siguiendo instrucciones estandarizadas con el fin de permitirle mayor claridad a las y los médicos al momento de prescribir y realizar de mejor manera el seguimiento clínico. Las proporciones de materia vegetal e ingredientes utilizados para las preparaciones se describen más arriba en esta guía.

Titulación: Si bien existe un amplio rango de concentraciones de cannabinoides presentes en los preparados artesanales, la indicación siempre considera comenzar el tratamiento partiendo con dosis muy bajas (ej. 1 o 2 gotas) e ir subiendo gradualmente. Esto evita o minimiza los efectos no deseados y a su vez permite encontrar la dosis mínima efectiva en base a la experiencia del paciente.